El sistema de
climatización por suelo radiante de http://sueloradianteprecio.com no es novedoso.
Las llamadas glorias e hipocaustos romanos son el antecedente directo del
actual sistema de producir calor bajo el pavimento haciendo circular el mismo
aplicando la moderna tecnología. Y es que árabes, griegos y romanos ya conocían
la idoneidad de calentar estancias cerradas con aire caliente circulando bajo
el pavimento. Con un sistema de reconducir el aire caliente a través de
galerías y que era originado con fuego, la superficie del suelo emanaba un
calor uniforme suficiente y eficaz allá donde llegase.
Con esta idea nació por
tanto hace más de 2000 años pero la moderna tecnología no ha hecho más que
aplicar sus herramientas, esquemas técnicos y productos actuales para dar forma
lo que hoy conocemos con este sistema. Gracias a los recursos disponibles hoy
en día, disfrutar del mayor confort y buena rentabilidad con eficacia probada,
es un hecho y además ofrece numerosas ventajas a tener en cuenta por el
usuario.
La más evidente es que
podemos disponer de uniformidad y temperatura estable en toda la superficie
porque toda ella actúa como emisora de calor. Pero al igual que con el sistema
tradicional mediante radiadores, el radiante también dispone de termostato y
regulador, pudiendo cancelar su funcionamiento por estancias. El método de aerotermia también ofrece grandes
resultados al calentar el aire del exterior para hacerlo circular dentro de la
vivienda o local.
Donde existe cualquiera
de estos dos sistemas de calefacción se nota un nivel muy superior de
confortabilidad y bienestar. Locales, oficinas, colegios, hospitales, residencias
o centros comerciales son algunos de los ejemplos donde se disfruta de este
sistema con éxito. Y es que han demostrado con diferencia ser más eficientes
que los tradicionales y antiestéticos radiadores y aunque conllevan una
inversión inicial algo elevada, su ahorro energético es considerable.
Este método de suelo radiante se está instalando
actualmente con las opciones por agua y eléctrico. En ambos casos el calor
emana de la losa, que mantiene el calor más tiempo utilizando menos temperatura
que los radiadores estándar del resto de sistemas. Sin embargo en la modalidad
de agua se tarda más en conseguir una temperatura uniforme debido a que su
tiempo de arranque es mayor que con la opción eléctrica, más rápida pero no tan
asequible. Con ello se consigue ahorrar
entre el 10 y el 15% en costes de calefacción respecto de otros sistemas.
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